jueves, 30 de junio de 2011

La palabra mosaico proviene del vocablo latino musivum opus, con el que en la Antigua Roma se designaba el revestimiento que decoraba la gruta dedicada a las Musas. Sin embargo, el origen de estas representaciones artísticas es mucho más remoto. Algunos historiadores lo sitúan en Mesopotamia donde, en torno al año 3000 a. de C., se edifica el templo de Uruk, cuyas columnas aparecen decoradas con clavos de arcilla coloreada. Para otros estudiosos, no obstante, su origen es más reciente y lo relacionan con los pavimentos de guijarros de colores que decoraban Gordion, la antigua capital de Frigia, en el siglo VIII a. de C. Aun así, el primer templo decorado con mosaicos del que se tiene noticia es el de Olinto -siglo IV a. de C.-, en Macedonia. Su decoración inspiró a los griegos, que fueron la primera civilización que desarrolló con profusión este arte. De todas formas, su máximo apogeo se produjo en Roma y, con posterioridad, en Bizancio.


No hay comentarios: